Sobre "Seré tu Ajuar" del disco Boca Arriba de Gabo Ferro

El otoño me convence cada vez más de la imprescindibilidad del piloto. No salgo ni a la esquina sin ponérmelo, aunque está gastado y los botones cuelgan de sus hilos. Es en el esfuerzo mecánico de meter uno en el ojal, que se me descose y salta al suelo. Alcanzo a rescatarlo del borde de la alcantarilla.
El hombre delgado que se me acerca lleva un libro bajo el brazo: Revelación de un mundo de Lispector. Me da confianza; nadie con ese libro puede lastimarme. Con una sonrisa como sacada de un álbum dice: ¿Tenés el botón? Descubro que además del libro lleva un carretel de hilo azul en una cajita de la cual saca una aguja; es un costurero en miniatura. “no pude evitar observarte, y a ese débil botón” murmura entre dientes parejos. Se acerca con timidez. ¿Me dejás? Me quedo inmóvil. El hombre comienza a coserme en la vereda. “Los demás están flojos” agrega un segundo antes de cortar el hilo, tan cerca.
Quiero besarlo en este momento, en cambio pienso en lo que soy- o en lo que hice de mí hasta ahora: malabares con ideas, con juegos de ajedrez, con textos humanistas, músicos y pintores y orfebres de la naturaleza. Cose el tercer botón; pienso en la ternura de los caramelos en la mesa de luz, en el agitar de las alas de los sombreros. Cose el segundo; recuerdo sombras estiradas en la habitación y espantapájaros. Cose el primero; entiendo que todo aquello que soy, que todo lo que hice de mí; no es más que un ajuar de telas y talcos.
Entonces lo beso.

1 comentario:

Alan Loreti dijo...

Siempre aplaudo este tipo de literatura. Saludos!