Impresiones sobre Hacia el Mar, de Marina Arias

Sofìa la recibe con un porro bien armado; apretado y contundente. Suben las reposeras a la terraza y se sientan al sol.
- Qué linda bikini Sofi- dice Luciana sacándose la remera-¿es la que te regalaron para tu cumple?
Sofía se embadurna la panza con bronceador. Sostiene el porro entre los labios con una facilidad asombrosa.
- Sí- dice y da una larga pitada- qué rico está esto, ¿querés?
Luciana lo agarra y se acuesta en la reposera.
- leí el libro que me pasaste
- Está bárbaro, ¿viste?
- Sí, lo termine hoy. Te lo traje- contiene el humo y exhala- Me pareció excelente
- ¿El faso o el libro?- se ríen-
- No, en serio- Luciana se ata el pelo- me pareció un libro absolutamente femenino.
- Tal cual. Me reí mucho, aunque también…
- Es profundo…
- Y nada al azar
El bronceador les brilla en la piel. Hay olor a coco. Sofìa esconde el encendedor debajo de la reposera. Mira a Luciana que ahora cierra los ojos de cara al sol.
- ¿Alguna vez se te explotó un encendedor Lu?
- No, pero a un primo mío sí. Le exploto en la mano boluda, un garrón.
- No, que bajón
- Si, en mar del plata. Me acuerdo patente: navidad. Playa. Mucho sol. El chabón jugando al vóley, vuelve, agarra el encendedor y pum. Le explota en la mano
- ¿no te da impresión hablar con los ojos cerrados?
- Ja! no ¿Vos decís que estamos hechos para hablar con los ojos abiertos?
Se quedan en silencio. Sofía vuelve al libro
- ¿Y el relato de las amigas?, me hizo acordar a cuando vivíamos juntas!
- A mí me parecía verte cuando lo leía…
- La autora es una lúcida. ¿Se dice autora, no? ¿O autor?
- No, no. Autora

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